miércoles, 20 de junio de 2012

Anticristo

Cuando creamos una ficción tenemos que crear una antificción. Los cristianos hablan de la llegada del anticristo. En primer lugar, Cristo era un pobre tipo inculto y un poco antojadizo: montado en su burro y predicando a un puñado de idiotas, que siempre los hay disponibles. A demás que en toda su vida no pudo encontrar más que una docena de seguidores. Por eso los cristianos tuvieron que crear la idea del anticristo, pues solo entonces Jesús se convierte en un Cristo verdadero: un auténtico salvador que te salvará del anticristo. Han transcurrido dos mil años y nadie ha encontrado ningún anticristo. Muchos son los que la cristiandad ha condenado como anticristos, pero es precisamente a través de esa condena como se cumple el deseo de hacer de Cristo una realidad.
El sacerdote es el anticristo, el papa es el anticristo y los miles de misioneros católicos y protestantes son los anticristos. ¡El anticristo ya ha aparecido! El primer anticristo fue Pedro, el fundador de la Iglesia. En realidad ha hecho mucho más daño Pedro, el primer papa, que Judas. Judas contribuyó enormemente a la obra de Cristo: si Judas no hubiese vendido a Jesucristo a sus enemigos, puede que ni siquiera hubieses oído hablar de él. Si Jesús entró a formar parte de la conciencia humana fue gracias a la crucifixión. Judas no es realmente su enemigo. De hecho George Gurdjieff solía contar una historia muy bonita- ¡de su propia invención, por supuesto!-. Pero las historia inventadas por personas como George Gurdjieff tienen un inmenso significado. Solía decir que Judas vendió a Jesús por treinta rupias de plata- por solo treinta rupias de plata- a sus enemigos, ¡pero a petición del propio Jesús! Fue un mandato suyo; él se lo ordenó a Judas. Y, por supuesto, siendo como era un discípulo fiel, no podía decir que no. Con lágrimas en los ojos y el corazón desgarrado cumplió su mandamiento, lo cual parece tener también una cierta relevancia, pues cuando Jesús fue crucificado, todos los discípulos huyeron; salieron corriendo. Nadie sufrió tanto como Judas. Judas se suicidó al día siguiente, antes de veinticuatro horas. No podía vivir sin Jesucristo.
Solo es una historia, pero hay algo sobre lo que conviene meditar: Judas no perjudicó la causa de Jesús; él no es el anticristo, sino los llamados seguidores: las personas que fundaron la cristianidad; ellos sí que son el anticristo.
OSHO.

miércoles, 9 de mayo de 2012

El fin de la estación diversión.

Cuando el cabaret cerró las puertas, las protitutas corrieron donde el alcalde, se subieron todas las faldas y roseáron al enano enfermo con la miel de flor. Los gusanos salieron por su boca y oídos, y el vómito verbal de las putas acabaron con la conciencia del repugnante bandido. Mientras caminaban tranquilas, la generalidad del vecindario se avecinó a quemar a las heteiras, menos mal que tenían pacto con el diablo, sino estarían muertas y polvorientas, no hechando polvon con los gerentes de las imprentas.

Te acuerdas cuando jugabamos en el ocaso?

Acaso el atardecer magenta no volverá a alumbrar mi primavera muerta?
acaso la cuidad se va a vestir de fiesta para ganar las putas apuestas?
acaso el aroma verdoso de tus ojos me molesta? o acaso solo estoy confundida en una siesta?
mis corazones quedarán guardados en los silos de mi subterráneo cutáneo,
o escaparán a los brazos de alguien que los quiera abrazar?
tengo miedo porque no estás o porque a veces pienso que vendrás?
acaso mis sentimientos virtuales no son más que ilusiones fuera de las realidades?
si me dijeras algo, me dirías la verdad? creo que sí, sólo creo
cuando miro al Sol me voy a quemar o me va a abrazar?
Se rompió el pacto con el tiempo, se quebró el reloj de arena y quedé con la sangre en las venas, aún,
mi amiga la de traje negro de satín, me vino a visitar, conversamos y unos cafés tomamos, me contó que el tiempo se agotó y el ocaso llegó, este ocaso, claro!
A veces la extraño porque me acaricia con sus pálidas manos susurrandome al oído que no se olvide el olvido, acaso se me borrará memoria? y si así fuese, podré escribir nuevamente sobre ella?
Me cuesta tanto, pero tanto,
me pesan las saladas brisas que nublan mis ojos,
acaso soy invisible, acaso creen que no soy sensible?
si me caigo de nuevo, y nuevamente de nuevo (lo repito porque son muchos de nuevos),
me podré parar o quedaré incompleta para siempre?
acaso podríamos jugar a la escondida y perdernos en el intento de encontrarnos con vida?
por favor, podemos jugar a sonreir y  saltar al acantilado sin el miedo de pasar para el otro lado?
acaso puedes hacerme dormir de una caricia? si hací fuese lo harías?
Por favor juguemos a la escondida, un beso y una caricia en la mejilla y luego a dormir para estar contigo cuando llegue el alba y el nuevo día, pero vete temprano que puede darse cuenta la dormida!